"Con la sangre en el ojo", un policial impactante

 

Sangre

 

 

   Con la sangre en el ojo”, la novela policial de Alejandro Parisi, es sencillamente una perla. Los motivos son variados: presentación de un antihéroe original, un relato sostenido con la intriga y las vueltas de tuerca que impone el género, pero sin los tics ni las correcciones políticas que saturan novelas donde el contexto lleva a rozarse con lo social o la historia reciente.

     Álvaro Balestra, el antihéroe en cuestión, es detective en Buenos Aires porque tuvo que huir de su Uruguay natal por motivos que el autor develará, acertadamente, en forma muy velada.

      Hay un crimen para investigar, a la par de una misteriosa persecución y muerte de mendigos. Balestra se mueve entre mujeres maduras y atractivas (algunas naturales, otras por obra del bisturí), aunque su paladar se regodea con unas y con otras, al igual que con la comida y la bebida que le toque en suerte. Tiene un amigo linyera, pocos escrúpulos en general, aunque se ablanda a la hora de los afectos. Por momentos, un tipo sensible. A su manera, claro.

     El texto respira frescura, autenticidad y diálogos lacónicos para remarcar lo imprescindible.

     Encuentro en Balestra cierto paralelismo con Torrente, aunque en clave menos bizarra. Parisi, con quien dialogué en mi programa en Radio Cultura, me corrigió: según él, la cosa viene por el lado del genial detective Pepe Carvalho, de Manuel Vázquez Montalbán.

    Acepto la corrección del autor, pero soy terco: a mí también me da algo de Torrente. No diré nada más sobre la trama. Me enardecen quienes cuentan novelas, películas u obras de teatro.

    Eso sí: me permito sugerirles que no se priven del placer de disfrutar “Con la sangre en el ojo”, que además viene en una cuidada edición de Grijalbo, cuya portada hay que mirar una y otra vez para advertir un detalle sutil.

Carlos Algeri

 

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