El primer disco contiene una selección de tangos que intentan revalorizar la melodía y la poesía en obras clásicas como “Ave de paso”, “El corazón al sur” o “Sueño de juventud” y con la recordación de autores como Filiberto, Cobián y Cadícamo, Gardel y hasta Zitarrosa (con una respetuosa versión de “El loco Antonio”), con el acompañamiento musical, austero e íntimo, del pianista y arreglador Nicolás Guerschberg.
Otro clima tiene el segundo volumen, donde María Estela es acompañada además por un afiatado grupo donde el buen gusto y el equilibrio de los arreglos es la consigna, y que integran Alejandro Guerschberg (bandoneón), Guido Martinez (bajo), Leandro Savelón (batería y percusión), Francisco Fernández (guitarra) y César Rago (violín). María Estela Monti es dueña de un registro que sin eludir la firmeza interpretativa no cae en clichés ni en exageraciones vocales, y conserva un tono ideal para el repertorio elegido.
“La idea del disco – explica – es presentar en un mismo material dos etapas del género. Por un lado el tango de los maestros y creadores del siglo XX y por el otro las nuevas composiciones que plantean una renovación desde el tratamiento armónico y la poesía”. Y destaca la incorporación del candombe “por considerarlo parte fundamental de la música rioplatense”.
Tres veces nominada al Grammy latino, María Estela Monti integró los grupos “Suburbio” y “Alma Bohemia”, con los que editó tres discos. Como solista grabó “Ciudadana”, “Ciudad Secreta” y “Solo Piazzolla”, y el año la encuentra presentando su nuevo trabajo en distintos locales y salas de Buenos Aires y el interior.